domingo, 22 de mayo de 2011

Enderezando la espalda.

Y mírame, con que idioteces salgo ahora
con razones para seguir mi lucha interna
para abandonar lo inapropiado, lo realmente inapropiado
lo inservible, mas inservible que el arte
estúpida, endereza la espalda
sin trofeo pero tampoco sin castigo
endereza la espalda
camina con los ojos, mira hacia Joplin
abandona una batalla sin rivales busca una mejor guerra
no luches sin razón , estas en una batalla donde, así ganes,
no tendrás cosa alguna, nada que quieras de verdad
una batalla donde los rivales no son mas que pobres infelices
solo gente vacía que vive por inercia
y que no saben como improvisar su felicidad,
nada que valga la pena tu sudor y tu sacrificio
escapa, escapa
arropa un mejor sueño
algo que te brinde un mejor cáncer
sal, así, sin rasguños, muy bien.
eso es!
ahora busca a alguien mejor, alguien que te saque sonrisas
alguien que sea inteligente, que ame lo que hace
que lo ame tanto que este dispuesto a demostrarlo
alguien que le guste el superhiperacido y los quipitos
alguien con rizos tal vez, ah si! ya lo encontraste
alguien con adjetivos
alguien que pueda ser más que un ser
conversaciones,
conversaciones inteligentes,
conversaciones saludables,
conversaciones inutiles
o incluso conversaciones imaginarias
búscalo, tómalo, hiérelo, ámalo, haz lo que quieras
pero siempre hazlo enderezando la espalda.

Lyda Sanabria

domingo, 8 de mayo de 2011

Eres mi hogar.

Para la que nos da su vida y un poco mas
que compromete hasta los latidos de su corazón
por nosotros
la guerrera que ha pasado mil y un laberintos,
con la que nuestros finales siempre son felices.
Porque ni aquí ni allá, ha perdido la batalla
porque ni aquí ni allá podremos encontrar a alguien
como ella.
Porque su calor,
porque su inteligencia,
porque sé que no pude ser más bendecida
que con su presencia,
porque sin ella pierdo la cabeza
porque Amo a mi mamá,
y así escriba en el cielo
no me va a alcanzar el lienzo
para decir cuanto agradezco a Dios
por cada uno de los preciosos momentos
que paso a su lado.
Por ella,
que nos apoya en cada loca situación,
por ella,
que enfrenta al diablo si es necesario
para protegernos
por ella,
que en este programa (como nos gusta llamarlo)
se esmera para darnos la vida que tenemos
porque nos ha enseñado,
porque gracias a ella, sé lo que es tener
y lo que es no tener, sé lo que es querer y no poder,
pero principalmente,  me enseñó a dibujar mi propia felicidad
sin necesidad de tener mis manos llenas,
y por todo esto solo puedo decirle: Gracias
porque, Mamá, tu eres mi hogar.

Lyda Sanabria.